Buscando estaba un día, entre témpanos de arcilla y copitos de algodón. Se me acercó el tiempo y apurado le pregunté: ¿dónde está el amor bandido?. Avanza directo, me dijo, hacia el país de los recuerdos… tu búsqueda más fácil será, si mirar con el corazón te atreves.
Buscando estaba el país de los recuerdos, por las verdes praderas de mis pensamientos lejanos. Recordé haber estado ahí antes y comprendí entonces que había llegado. Un recuerdo pasó pensativo y le pregunté con dulzura: ¿dónde está el amor bandido?. En tus memorias no está, me respondió el recuerdo, ayudarte no puedo… no recuerdo haberlo sentido. Buscar no debes en el pasado sino en el futuro, en medio de campos de rosas y manjares de dioses. Tu búsqueda será más fácil, si cargar con la locura puedes.
Mirar con el corazón, cargar con la locura y olvidar el pasado. Avancé a tientas por entre recuerdos olvidados, cataratas de miel y viejos olivos. Veo a lo lejos la ternura, con cabellos de sol y zapatitos queridos. Ternura, esperar con encontrarte en este viaje, era algo que no suponía… sabes ¿dónde está el amor bandido?. Buscar debes, en los ojitos de una sonrisa, en la dulzura de una flor, en la mirada de un bebé, en lo inesperado de un te quiero; porque en la esperanza del amor, es que yace el amor bandido. Tu búsqueda será más fácil si dispuesto a equivocarte estás.
¿Cómo equivocarme, pensé, si miro con el corazón cargado de locura?. Que tierna, ternura eres, en mi búsqueda seguiré, pensando en el recuerdo de campos de rosas y manjares de dioses. Pero a medio caminar, por senderos no alcanzados, entre maleza y montaña, entre pasos perdidos… me sorprendió la sorpresa lanzando besos al aire a mitad recorridos y, antes de preguntar me dijo: Buscar más no debes querido amigo, que el amor está aquí, esperando conmigo.
¡Oh sorpresa!, ¡qué alegría encontrarte, amor bandido!, atrás tempestades desoladas que no hay nada más triste que una canción no cantada. Abrázame, amor bandido, que calor para el alma necesita este viajero!. Tuyo soy, el amor me dijo, porque de buscarme no te cansaste y porque en tus esperanzas no te quedaste dormido.
Y desde entonces aprendí, que si buscas con locura sin temor a equivocarte y si miras dulcemente con el corazón más tierno, el amor encontrarás siempre… aunque sea de sorpresa.